Por Lourdes Molinos Ibáñez.
Amar a los que ya se han ido
Cuando fallece nuestro ser querido este amor que se plasmaba en lo físico, en lo cotidiano, se queda sin un vehículo… pero sigue viviendo… “Se van los cuerpos, los vínculos permanecen” … pero, ¿de qué forma?…
La muerte, nos sitúa en los dos, en el amor humano y en el transpersonal, seguimos sintiendo esa unión, nada puede romperla, pero ya atraviesa mi propia humanidad y se expande…
¿Cómo amo a mi ser querido que ya se ha ido?…
“Le escribo / Le hablo en voz alta / He hecho en casa un pequeño altar dónde me uno a él / Hago por él las cosas que le gustaban y ya no puede hacer / Entrego mi amor a niños que ahora no están con sus padres / Hago vídeos con nuestra música preferida y fotos / Decidiendo vivir / A través de sus recuerdos, todos los días / Pongo flores en su foto / Le enciendo velitas / Cuido su tumba, la pongo bonita y me siento allí a hablar con ella / Me tatúo y con cada tatuaje le digo, Te quiero / He hecho un álbum con mis fotos preferidas, lo veo, lo enseño a mis nietos / Hablo de él cuando estamos junta la familia, lo hago presente / Miro al cielo por la noche y le deseo lo mejor / Beso su fotografía cada mañana…/… Yo ahora, solo puedo llorarle, mis lágrimas son ese amor huérfano”.
Imagen: Amanda Cass